Las vacaciones suelen ser el momento idóneo para limpiar las alfombras, para sanearlas y también para evitar que las polillas, que pueden hacerse dueñas y señoras de nuestras casas en nuestra ausencia, consigan deteriorarlas. Así que puedes aprovechar para dejárselas a un profesional y tenerlas limpias a tu regreso o, si prefieres ocuparte tú, dejarlas limpias antes de irte.
Pese a lo que se lee en ciertos foros y páginas web, en Alfombras Yasmina consideramos que no se deben de recoger en verano ya que, si son materias naturales, aíslan tanto del frío como del calor. Otra cosa es que en esta época algunas personas quieran ver sus casas más ligeras, si bien, por esa regla de tres, también tendríamos que quitar cortinas, cortinones, colchas, etc., ¿no?
En todo caso, si personalmente tienes esa sensación psicológica de que la alfombra te da calor y acumula polvo durante el verano, te vamos a aconsejar cómo tratarlas y dejarlas preparadas y, si lo deseas, enrolladas para recuperarlas en todo su esplendor al llegar el otoño. No obstante, si te encanta tener el suelo cubierto pero con alfombras más ligeras, también disponemos de unas maravillosas alfombras finas y delgadas, por ejemplo, nuestros bellos kilims o los durries indios de algodón.
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Para limpiar las alfombras en profundidad, lo que te recomendamos es una limpieza profesional como las que te puede proporcionar nuestro experto de Alfombras Yasmina. Pero, si prefieres hacerlo en casa, utiliza un aspirador para retirar los pelos y el polvo y vete repitiendo pasadas lentas a la máxima potencia de absorción por ambas partes, empezando por el revés y siguiendo por la otra cara, para eliminar todo el polvo posible. A continuación podemos mojarla, lavarla con un detergente neutro adecuado para lana, frotar con un cepillo suave y posteriormente aclararla. Como decimos en nuestra web: “No se deben utilizar amoníaco ni productos químicos que debiliten la brizna de la lana, ni tampoco son aconsejables las espumas secas que dejan restos. Lo mejor es lo más sencillo: agua y jabón”.
Conviene tener en cuenta que las alfombras, al mojarlas, adquieren un peso elevado, por todo el agua que empapa la lana. Por ello, la limpieza en casa se puede recomendar para alfombras ligeras, como los kilim, o piezas pequeñas. Una vez lavadas podemos enrollarlas en una toalla para eliminar el exceso de agua y ponerlas a secar en una superficie plana.
Nota importante: Si es una alfombra anudada, con altura de lana, es aconsejable peinarla con un cepillo mientras está húmeda para evitar que, al secar con el pelo despeinado, puedan quedarle sombras.
Sobre todo, cuando ya la tengas limpia y perfectamente seca, no se te ocurra doblarla porque pueden quedar marcas. Lo más adecuado es guardarlas enrolladas, introduciendo algún producto antipolilla, colocarlas en una superficie plana (el suelo o una estantería) y cubrirlas con una tela. Si las alfombras las guardamos en un trastero, garaje o zona de poco uso, podemos colocar un plástico plano sobre la tela para evitar que coja polvo. Ahora bien, ten en consideración que, si quedan herméticamente cerradas en una funda de plástico por un periodo largo de tiempo, se puede llegar a producir moho por la humedad que pueda desprender la lana.
Truquillos cotidianos
A la vuelta, cuando la extiendas magistral sobre el suelo de tu casa, también te recomendamos varios truquillos para mantenerla en ese estado el mayor tiempo posible. Por poner un caso, para evitar que se desgaste sólo por una zona de paso ineludible o uso más frecuente, vete rotándola, para pisarla por un ángulo diferente. Y otro, contra la opinión generalizada, no es recomendable sacudir las alfombras pues con el tiempo se deforman y se deterioran tanto los laterales como los flecos.
Si cae sobre la alfombra algún líquido, lo conveniente es secarla con rapidez con un paño absorbente y lavarla con agua y jabón, siguiendo el proceso mencionado arriba. Y si es necesario, porque la mancha no se va, avisa a un especialista. Nunca, nunca, se deben usar espumas secas, vinagres, amoniacos, ni ningún producto abrasivo. En el caso de tener que eliminar algún ácido, como orina o vómito de animal, sí hay que neutralizarlo pero con el producto adecuado y, sobre todo, dejarlo en manos de expertos. De verdad que merece la pena. Si en su día decidiste adquirir un producto de calidad, igualmente su mantenimiento debe ser de calidad.
En general, se aconseja tratarlas y lavarlas periódicamente para que estén bien conservadas y nos duren muchos más años en perfectas condiciones. ¿Con qué frecuencia? Pues depende de dónde esté colocada,de cuánto se use y se pise. Desde luego, las alfombras son para pisar y pisar, sin miedo. Simplemente no esperes a verlas muy sucias, lo ideal sería lavarlas profesionalmente cada dos o tres años.