Y pensando en la infinitas posibilidades artísticas que la ciudad nos ofrece, no podía más que aprovechar esta circunstancia para hablar de la importancia de las alfombras y tapices en la historia, el arte y por ende, en Zaragoza.
Para estar documentada de primera mano, visité la tienda de antigüedades y galería de arte Maturén y tuve una conversación magnifica con la historiadora del arte Bárbara Malatesta y el anticuario y restaurador David Maturén, un rostro muy conocido gracias a su exitosa participación en el programa de Aragón Televisión “Zarrios”. De hecho, pude apreciar en primera persona uno de los muchos tapices que conservan del siglo XVIII, elaborado en Flandes, de nombre “Verdure” que proviene del francés y significa "verdor", y engloba los tapices con escenas de vegetación.
Es grato comprobar a través de estos profesionales, que las alfombras, tal como os he contado en anteriores post, han ocupado un lugar muy relevante en la historia y si hablamos de tapices, podemos confirmar datos tan interesantes como que España, y en concreto Zaragoza, fue primera potencia en el sector textil en el mundo occidental del siglo XIII. El gremio de la lana se convirtió en la punta de lanza de una economía en la que aquellas familias poderosas contribuían, con sus aportaciones, al crecimiento de las ciudades, sufragando la construcción y mantenimiento de los edificios, tanto públicos como privados.
El sector de la lana, además de vestir a las personas, era la base para tejer los tapices que se convertían en símbolo de riqueza y estatus en las casas nobles. Era tal su importancia que, además de ser “cuadros” tejidos, representaban el estilo de vida que los dueños mantenían a través de ostentosos bodegones, escenas de caza o momentos de relax. Es curioso además, que las diferencias sociales se podían demostrar con el uso de los colores, tanto en ropas como en tapices, ya que la utilización de algunos pigmentos encarecía su elaboración, por lo que al usar según que colores, se demostraba que la obra tenía más valor que otras que no los poseían.
Y, hablando de las alfombras persas y orientales, podéis sorprenderos al descubrir que, su uso siempre fue para buscar la habitabilidad y el confort en los hogares, algo democratizado desde el principio. En cambio en Europa, inicialmente, su utilización fue muy clasista y se usaban más como artículo decorativo en los palacios y grandes mansiones, que como parte del bienestar en las casas.
Volvamos a aquellos siglos en los que España, en su conquista de Europa, exportó el arte del tapiz y trasladó su producción a aquellas tierras (Flandes, Gante) donde nacería el estilo flamenco de los tapices. Muchos de ellos se conservan actualmente en uno de los lugares de España que alberga una gran colección de tapices. ¿Sabes cuál es ese lugar?
Lo tenemos muy cerca…
Sí, es el Museo de Tapices de la Catedral de La Seo de Zaragoza.
“La noche en blanco” puede ser una buena oportunidad para visitar esta gran exposición que conserva sesenta y dos tapices flamencosde gran belleza e importancia para el arte. Para algunos expertos esta colección es considerada como la más importante del mundo en su género.
La relación extraordinaria de Zaragoza con los tapices, se prolonga también a través de la participación de Francisco de Goya en el diseño y creación de los cartones, pinturas al óleo sobre lienzo, que eran los modelos sobre los que se tejían los tapices. Las escenas, son una visión muy amable de la sociedad del momento. El Museo del Prado dedicó una exposición a esta etapa del pintor "Goya en Madrid. Cartones para tapices 1775-1794" realizando un recorrido temático por su 142 obras de cartones.
A través de la influencia de su cuñado Francisco Bayeu, Goya colaboró en la decoración de diferentes instituciones reales a través de la creación de sus cartones.
La Revolución Industrial democratizó el uso de los tapices, a la vez que, el hecho de dejar de ser exclusivo, le restó el gran valor social que había poseído hasta la fecha, provocando que su compra fuera, poco a poco, disminuyendo.
Sin embargo hoy en día, es muy recomendable el uso de alfombras persas o de Kilims como tapices para paredes, ya que aportan, además de calidad acústica, una gran oportunidad de admirar su belleza como si de un cuadro se tratara. Son habituales elementos de decoración en gran variedad de viviendas.
Espero veros pronto y mejor que sea entre tapices en “La noche en blanco”.