TALENTO Y TALANTE

TALENTO Y TALANTE

Nuestra entrevista del 2018 es a una mujer de plena actualidad, con una trayectoria increíble como escritora y con un futuro prometedor y sorprendente. ¿Quieres conocer a Elisabeth G. Iborra?



De plena actualidad, has publicado Tenemos que hablar, el traductor mujer-hombre/hombre-mujer imprescindible para entendernos entre géneros, de Ediciones B¿Qué recomendarías a una pareja que celebra su primer San Valentín o a una que lleve muchos años ya celebrándolo?


Yo les recomendarían que no celebren especialmente el día de San Valentín sino cada día que están juntos. Cuando están empezando, para aprovechar el cóctel químico propio del enamoramiento, y cuando ya llevan años, para reavivar la pasión y el interés por los asuntos del otro continuamente. Hay que fomentar la seducción a diario, para no encontrarse 20 años más tarde como dos desconocidos sin nada que decirse en una mesa y acabar diciendo "Tenemos que hablar".


 



Para los que tengan dudas sobre sus relaciones, incluidos los solteros que no entienden muy bien lo que les pasa con el otro género, el día 14 de febrero, la sexóloga Carme Sánchez Martín y yo vamos a hacer un consultorio en Marengo International Deli a las 18,30h., de manera que puedan realizarnos sus consultas anónimamente metiéndolas en una urna para que luego se las resolvamos desde nuestro punto de vista como expertas.


¿Cómo está funcionando el libro teniendo en cuenta que todo el mundo sabe mucho de relaciones pero todos tenemos problemas íntimos?


El libro cubre la demanda ancestral de disponer de un Manual de instrucciones para entender al otro género, cubriéndolos ambos, puesto que mi compañero Bruno Valente responde a las dudas femeninas y yo a las masculinas sin cortarnos un pelo. Somos el Pepito Grillo de las relaciones, no te damos una palmadita en la espalda, sino que te decimos la verdad a bocajarro para que puedas tomar las decisiones adecuadas. En ese sentido, los lectores nos dicen que les ha servido mucho, que se han sentido muy identificados con muchas situaciones y que se han reído un montón. También me dicen que lo tienen ya de libro de cabecera para cuando se encuentren con dudas que están ahí resueltas, ir a buscar las soluciones o consejos que proponemos al respecto.



Éste es tu decimoséptimo libro, ¿de dónde sacas la inspiración para ser tan prolífica y tener tanta creatividad?


De la realidad. Yo principalmente soy periodista, me baso en la realidad para inspirarme y luego lo transmito en miles de artículos o en soporte libro, en el género que me parece más adecuado para cada temática. Cuando escribo novela o poesía, que es una faceta mía que desconocía hasta hace bien poco, también me inspiro en situaciones y personajes reales, pero luego lo meto en una coctelera y dejo que mi cerebro vaya reordenando todo en otro relato de ficción totalmente diferente a la realidad. Otro ejemplo, el cuento de refugiados Podrías ser túsí tú, de Somos Libros, está basado en la documentación previa que acopié y en mis propios reportajes sobre inmigración en El Estrecho, aunque luego lo haya fabulado.


Estás acaparando muchos huecos informativos, pues aún no has acabado con la promoción de Tenemos que hablar y ya se está anunciando el lanzamiento de tu próximo libro, La vuelta al mundo de Lizzy Fogg, que sale a finales de marzo con Ediciones Casiopea,y que tiene mucho que ver con lo que es Alfombras Yasmina, porque trata de una mujer que viaja sola por todo el mundo, donde te habrás encontrado con muchas alfombras que se pueden comprar en nuestro catálogo en tienda o en la web. ¿Qué les dirías a las mujeres que dudan si viajar solas?


El libro es una crónica de mi vuelta al mundo por 33 países de cuatro continentes, que es lo mejor que he hecho en mi vida. Honestamente, aconsejo a todas las mujeres que se atrevan, que se lancen a viajar solas, y si es una vuelta al mundo, mejorPrimero, porque van a ganar una seguridad en sí mismas que no les quitará nadie nunca más. Segundo, porque al ir sola conoces a mucha más gente, te abres más, no estás pendiente de tu acompañante, puedes decidir con total libertad qué haces. Tercero, porque es más seguro de lo que parece, pues todo el mundo se preocupa por protegerte, con esa idea de que una mujer no sabe protegerse sola y necesita apoyo y amparo de los demás; lo difícil es estar sola cuando viajas sola. Por supuesto, siempre hay que ir con consciencia y precaución para saber con quién te juntas y no ir ostentosa para evitar robos, atracos, etc.



De los lugares que has visitado con alfombras, ¿alguno que te haya marcado especialmente? 


He visto muchísimas alfombras en todo el mundo, sobre todo en Asia, desde las casas a los lugares de oración, para ellos son fundamentales en su día a día. Pero me chocó especialmente una visita a un campamento de beduinos en el desierto de Israel, donde nos acogieron en su jaima con unas alfombras espectaculares, nos sentamos sobre unos puffs y nos hicieron todo el ritual del café, de más amargo a más dulce, como bienvenida. Lo curioso fue cuando les pregunté qué era lo que no les gustaba de su cultura actualmente, y me contestaron que el cambio que estaba dando la mujer, que se estaba independizando y ya no cumplía con su papel como madre y esposa como antes, estaba demasiado liberada, fíjese usted. El guía le preguntó cuál era su prototipo de mujer ideal y me señaló a mí, el pobre tío, a lo que yo alegué por lo bajini que sería físicamente, porque de carácter no me iba a aguantar ni medio día. Y yo a él, muchísimo menos, ¡pa' mi genio!


Si tuvieras la posibilidad de volar en la alfombra en la que estás sentada, ¿a dónde querrías que te llevara?


Pues tengo en mente hacer el transiberiano, pero eso ya es un tren en sí mismo. Y quiero recorrer la región de Mendoza en Argentina, que me iría muy bien la alfombra para no tener que coger el coche después de probarme todo el Malbec de sus bodegas. Pero creo que sobre todo me gustaría que me transportara por Laos, Birmania, el Borneo Malasio, Papúa Nueva Guínea y, finalmente, Fiji, donde me gustaría ir en pareja, eso sí, porque en un destino tan romántico sola creo que moriría de envidia y de nostalgia.


¿Podrías recrear alguna escena con una alfombra en alguna novela que tengas en mente?


Pues sí que puedo incorporar una escenita así erótico-festiva en una novela poetizada y musicalizada porque incluye toda la banda sonora de la historia de amor que justo acabo de terminar. Las alfombras dan mucho juego para las artes amatorias y la intimidad.


¿Cómo es la casa de una escritora?


Yo realmente puedo escribir en lo alto de un pino. Después de la vuelta al mundo me acostumbré a escribir en aeropuertos, estaciones, trenes, coches... me concentro y me aíslo totalmente. Además, dado mi nomadismo ilustrado, pues llevo 14 mudanzas a mis espaldas, mi casa soy yo. Ahora bien, donde mejor escribo es en una mesa con una cristalera delante, que me entre la claridad. Por supuesto, en mi piso tengo una alfombra verde que es como un césped de lana, donde me encanta poner los pies descalzos cuando entro, porque me da esa sensación de bienvenida al hogar, la calidez de haber vuelto a mi propio universo personal.


¿Cómo ves a la figura de la mujer en la literatura actualmente y cómo quieres verla?


Creo que somos muchas las mujeres que estamos escribiendo, como siempre, por otra parte, magníficamente, pero que no es una cuestión de ser mujer, sino de ser persona. No creo que escribamos literatura femenina igual que ellos no escriben literatura masculina, escribimos literatura, cada cual desde nuestra perspectiva, pero ésta no determina la calidad.


El problema es que la mayor parte de los críticos y de los que mandan en las altas esferas del sector literario y mediático, los que marcan lo que hay que leer, son el 80% hombres, y eligen como sus favoritos al 80% de hombres. Simplemente, no nos leen, no nos tienen en cuenta, como si no existiéramos. Y somos legión de escritoras. Es hora de que nos tengan en cuenta, no puede obviar al 50% de la población por miedo a que les arrebatemos su situación privilegiada en todos los ámbitos.


Así nos despedimos de Elisabeth, con su talento sobresaliente, quedamos a la espera de que se materialicen sus sueños en líneas que nos harán reir y reflexionar.


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